martes, 26 de abril de 2011

Malaui: Un país africano dependiente de Monsanto

Tras una sequía en 2005, Monsanto Found ofreció 700 toneladas de semillas híbridas a agricultores de Malaui. Así empieza la dependencia actual que vive el país africano a la compañía estadounidense.

Monsanto prospera en el Malaui, uno de los países mas pobre del mundo. La visión de su director, Hugh Grant, es clara: “si un país africano aprueba las semillas, muestra el camino a otros”, agregando ufano que “el 72% de la población de Malaui depende del maíz para sobrevivir”, un récord mundial.
En Malaui, país ubicado en el sureste de África, entre Zambia, Tanzania y  Mozambique, y que tiene unos 11 millones de habitantes, el 76% de estos depende de la ayuda de 2 grupos estadounidense para su supervivencia alimenticia. Las semillas híbridas conquistaron los dos tercios de los agricultores. Un 46% de ellos usan productos Monsanto, la otra mitad planta las semillas de Seedco, una variedad creada por la Fundación Gates, de Bill y Melinda Gates.
Para muchos investigadores agrícolas el monopolio de los dos gigantes en el continente africano es motivo de preocupación. Miriam Mayet, directora del Centro Africano para la Biodiversidad en Johannesburgo, sostiene que “donde el poder económico de Bill Gates se combina con la irresponsabilidad de Monsanto, el futuro de los pequeños agricultores en África no es alentador.”
Ambos conglomerados económicos se vinculan. El 2010 Monsanto hizo una donación de 10 millones de dólares a una fundación de Bill Gates, quien por su parte  compró por 23 millones de dólares en  acciones de Monsanto, y nombró al vice-presidente de la compañía de semillas como Director del Departamento de Investigación Agrícola de la Fundación.
LA REVOLUCIÓN VERDE
La llegada de Monsanto a Malaui no fue por casualidad, sino que fue efecto de duras concesiones por parte del gobierno. Después de la terrible sequía que afectó al país en 2005, Monsanto Founds (una organización de caridad fundada por la empresa) ofreció 700 toneladas de semillas híbridas a los pequeños agricultores. Como el año pasado a Haití después del terremoto, la compañía americana cumplió el papel de salvador.
Ese mismo año, en respuesta a esta terrible sequía, el presidente Bingu Wa Mutharika, decidió poner en marcha su “revolución agrícola”. Recién elegido, no soportó “mendigar alimentos” al Programa Mundial de Alimentos para sostener sus 15 millones de habitantes y decidió comprar semillas, que el Estado pagó en sus tres cuartas partes, y fertilizantes a través de un sistema de cupones distribuidos a los agricultores.
Tras la implementación de esta revolución agrícola, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional se indignaron. Según ellos, los subsidios agrícolas fomentan la corrupción, afectan los circuitos de las finanzas globales e impiden el espíritu empresarial.
No importaba que todas las grandes potencias subsidiaran a sus agricultores con miles de millones de dólares y Malaui fuese extremadamente pobre. El presupuesto del país es financiado hasta un 40% por la comunidad internacional.
Otro problema planteado por el FMI era que las semillas y fertilizantes subsidiados  eran producidos por la empresa estatal ADMARC. Para los donantes como el Banco Mundial y el FMI, es una violación del programa de “ajuste estructural” impuesto a los países pobres para limitar la influencia de las empresas públicas.
Como resultado, el Banco Mundial y el FMI se comprometieron a ayudar financieramente la revolución agrícola sólo si el gobierno abría las subvenciones al mercado mundial y se mantenía al margen del proceso de elección de las semillas. Tuvieron éxito: Hoy 1 millón 900 mil cupones permiten a los campesinos a comprar semillas híbridas de Monsanto, gracias a la presión del FMI y el Banco Mundial.
Ahora, la batalla liderada por Monsanto se desplazó, después de las semillas híbridas. Monsanto y Seedco ejercieron presión al gobierno de Malaui para legalizar la producción de semillas genéticamente modificadas.
Así las cosas, la “revolución agrícola” no es sostenible a largo plazo. El 11% del presupuesto estatal se destina a la agricultura; el más grande de todos los países de África y el doble de lo que se esperaba. Si los donantes mañana suspenden sus préstamos y si el gobierno no tiene más formas de ayudar a los pequeños agricultores para comprar fertilizantes, Malaui se enfrenta a una terrible hambruna.
Mientras tanto, el gobierno sigue pidiendo préstamo a las organizaciones internacionales. El precio de los fertilizantes aumentó estos últimos años, y los agricultores tienen que comprar semillas dos veces más que antes. El suelo se erosiona, los donantes se ven debilitados por la crisis económica y el Estado debe subvencionar la compra de híbridos cada año. Es el mundo según Monsanto.
   
Nicolás Loonis
Publicado en El Ciudadano

viernes, 15 de abril de 2011

martes, 12 de abril de 2011

Desobediencia Civil

Hoy por hoy en Chile, en nombre de la ’seguridad ciudadana’ o del ‘orden público’, se coartan derechos ciudadanos como el caminar libremente por algunas calles o expresarse en determinados espacios públicos. Ante tal ofensiva es adecuado revisar el viejo tópico de la desobediencia civil. ¿Cuándo tienen derecho los ciudadanos a oponerse a la ley? Tal decisión y el modo dependen de cada cual, siempre que no afecten a terceros. Una breve reseña nos entregará algunos elementos a sopesar, y el caso de algunos compatriotas desobedientes nos indicará que tan legítimas son algunas leyes en Chile.


Jacobo Fijman dijo que no. Para el poeta,los psiquiatras que le daban el alta, luego de 30 años recluido en un manicomio de Buenos Aires, no tenían altura moral para ofrecérsela. Dijo no al veredicto y tiempo después moriría allí. “Dicen que estoy loco. Es posible. Yo, por mi parte, no puedo entender para qué sirve un contador público”, había escrito alguna vez. Gesto sutil, cotidiano e infinito, que quizá revela lo cotidiano que puede ser a veces la desobediencia civil.

Thomas Jefferson, uno de los primeros presidentes de Estados Unidos, había señalado ya a principios del siglo XIX que,”las leyes se refieren a las lesiones provenientes de otros, no de nosotros mismos”, refiriéndose a las primeras intentonas de regular de manera legal el consumo de bebidas o drogas por parte de grupos puritanos. Hoy no alcanzan los dedos de las manos para contar las leyes que no sólo coartan nuestras libertades, sino que se meten de lleno en el territorio del cuerpo. La ley de drogas, el derecho aún reconocido a los psiquiatras de atiborrar de fármacos a alguien que manifiesta una conducta distinta, la prohibición de abortar o cédulas que convierten la identidad en una cárcel, son leyes o disposiciones sociales en las que extrañamente la víctima es a la vez victimario.

Henry Thoreau (1817-1862), fue quien llevó al papel la desobediencia civil. Escribió un ensayo así titulado, luego de ser apresado por negarse a pagar impuestos en 1846. Thoreau se oponía a la guerra contra México, emprendida por Estados Unidos, y a mantener la esclavitud. A partir de la sentencia, “El mejor gobierno es el que no gobierna en absoluto, y cuando los hombres estén preparados para él, éste será el tipo de gobierno que todos tendrán”, se explaya en el derecho de todo individuo a vivir como obre su conciencia.
A juicio de Thoreau, el gobierno no debe tener más poder que el que los ciudadanos estén dispuestos a concederle. Para muchos fue el primer ecologista (vivía del autocultivo en el bosque de Walden), e influyó en Tolstói y Mahatma Gandhi.

Otro norteamericano, el psiquiatra Thomas Szasz, acusa que en la sociedad contemporánea hemos ido ganando derechos electorales inútiles, a cambio de derechos personales decisivos. Hemos perdido nuestro derecho a las drogas, a no pagar impuestos y a la automedicación. Es más, para Szasz es hora de acusar a la psiquiatría por crimen contra la humanidad, al llamar a quienes tienen conductas divergentes, enfermos mentales. Acusa que las enfermedades hoy tienen una categoría política y que tal noción siempre tiene un correlato físico, jamás demostrado cuando se habla de enfermedades mentales. Para Szasz la pérdida del propio cuerpo ocurre con el Estado Terapéutico, que no es otra cosa que un Estado Totalitario.
Szasz compara las leyes que existieron en la URSS contra salir del país, delito llamado ‘deserción’, con el tener opio en Estados Unidos, “Si un gobierno cree que sus ciudadanos no tienen el derecho de abandonar su país, esto generará una política que, a su vez, creará el ‘problema de la deserción’. Igualmente, si un gobierno cree que sus ciudadanos no tienen derecho a usar ‘drogas peligrosas’, generará unas políticas que, a su vez, crearán el problema del ‘abuso de drogas’. De este modo, muchos de los problemas nacionales y sociales existen, no por lo que la gente hace, sino por la forma en que los gobiernos definen lo que hacen”.

No se hace la ley para quien arriesga su vida ante el poder, comentaba Michael Foucault en 1979 sobre la revolución iraní. Para el filósofo francés, el poder, más que ser un mal “por su naturaleza es infinito. Las reglas nunca son lo suficientemente rigurosas como para limitarlo; y los principios universales nunca son lo suficientemente estrictos para desasirlo de todas las ocasiones en las que se ampara”. Por ello no dejaba de asombrarse ante las sublevaciones que, según Foucault, pertenecen a la historia, “pero en cierto modo se le escapan. El movimiento mediante el cual un solo hombre, un grupo, una minoría o un pueblo entero dice ‘no obedezco más’, y arroja a la cara de un poder que estima injusto el riesgo de su vida -tal movimiento me parece irreductible- Y por ello ningún poder es capaz de tornarlo absolutamente imposible… el hombre que se alza carece finalmente de explicación; hace falta un desgarramiento que interrumpa el hilo de la historia, y sus largas cadenas de razones, para que un hombre pueda realmente preferir el riesgo de la muerte a la certeza de tener que obedecer”.

Mauricio Becerra
Artículo publicado en septiembre del 2008 en El Ciudadano

miércoles, 6 de abril de 2011

Lo que no sale en los medios.... un poco de contrainformación.

Piraña puso urgencia a un proyecto de ley sobre obtentores vegetales que permite introducir y distribuir productos transgénicos en Chile, para que el congreso  apruebe sin que la que la ciudadanía se entere...  (cuéntense una nueva) .
Aquí va un poco de información.
Para que se vayan enterando...

Señor
Presidente de la República
Sebastián Piñera
Presente                  
                                                                                  
Con el propósito de transparentar y dar tiempo para informar adecuadamente a la ciudadanía sobre los efectos de la introducción y distribución interna de los cultivos y productos transgénicos, solicitamos a usted -en representación de organizaciones sociales, de consumidores, de agricultores y ambientales- que considere el derecho fundamental a saber que tiene todo ciudadano. Y en consecuencia, que retire la urgencia al proyecto de obtentores vegetales, considerando que es imposible que en apenas 30 días la ciudadanía y los parlamentarios se informen adecuadamente de todas las implicancias de esta iniciativa legal y la correspondiente indicación sustitutiva presentada recientemente por su gobierno al proyecto de bioseguridad.
En un contexto de completa desinformación pública y parlamentaria (80% de las personas no sabe lo que es un transgénico), nos parece impresentable legislar sobre una materia como ésta, sin el debido tiempo necesario. Hoy, ni siquiera los parlamentarios conocen en qué se diferencia, por ejemplo, un transgénico tipo “GoldenRice” de un transgénico tipo BT o RR, lo que se traduce en que la votación de este proyecto de ley sea desinformada y, en consecuencia, ilegítima, ya que la mencionada iniciativa legal ni siquiera distingue entre transgénicos de uno u otro tipo, permitiendo así el cultivo de transgénicos (tóxicos) que ya han sido prohibidos en otros países por sus efectos dañinos en diversos ámbitos.
Hay evidencia suficiente para dudar respecto de los beneficios que esta biotecnología traerá a nuestro país y para los distintos actores sociales que estarán directa o indirectamente relacionados con ella.  No queremos, señor Presidente, que Chile entre al tristemente célebre grupo de no más de 30 países en el mundo que hoy se lamentan de los daños producidos por los transgénicos en sus tierras y buscan desesperadamente que sus autoridades pongan freno a esta catastrófica situación.
Desde el punto de vista económico,  Olivier De Schutter, relator de la ONU, advirtió recientemente sobre un tema que para nuestra estructura agraria, no es menor: “El gran problema de los transgénicos es la fuerte dependencia económica (de los pequeños productores) y el hecho de que el poder esté concentrado en una multinacional”.
Desde el punto de vista ambiental y de la exposición a plaguicidas (situación que ya en nuestro país es grave), quisiéramos poner en su conocimiento, señor Presidente, que en la vecina república Argentina y en conjunto con EEUU, se produce el 84% de las semillas transgénicas sembradas, pero con más herbicida (veneno) que el que nunca se había usado en ningún país del mundo: 165 millones de litros (330 mil tanques de agua) por hectárea. Demás está decirle las consecuencias que estas sustancias tienen para la salud humana, situación que empeora por la alta resistencia a las plagas que se produce tras un tiempo de aplicación de agrotóxicos, lo que redunda en el uso en dosis cada vez mayores de plaguicidas casi en desuso por su extrema toxicidad, tales como 2,4 D y paraquat, tal como ha venido ocurriendo en Argentina los últimos años, además de herbicidas como el glifosato o insecticidas como el endosulfán (que ya ha sido prohibido en más de 70 países), entre muchos otros.
Algunas estadísticas del gobierno argentino muestran que luego de 10 años del uso de cultivos transgénicos, producto de la aplicación de plaguicidas se ha generado un aumento de 300% de malformaciones congénitas, 400% de abortos espontáneos y 300% de aumento en la aplicación de plaguicidas en las zonas agrícolas donde éstos se cultivan.
Tampoco es casualidad que en el vecino país y tras la irrupción transgénica, también se verifique una disminución de un 27% en la producción lechera (hoy importada desde Uruguay) y que se haya producido un fenómeno similar en la producción de arroz y carne. ¿Queremos para nuestro país el mismo mal negocio que hizo el Estado argentino con los transgénicos?
Respecto a los impactos en la salud derivados de la alimentación con transgénicos, estudios de científicos tales como los de Seralini (Universidad Caen, Francia), Alexander Surof (Instituto Surov de Ecología y Evolución de la Academia de Ciencias Rusa) y los efectuados por la Asociación Nacional para la Seguridad Genética del Instituto de Ecología y Evolución, y la Asociación Americana de Medicina Ambiental de Estados Unidos, entre otras muchas investigaciones independientes, llaman a no consumir transgénicos y advierten de alteraciones que éstos han generado en ratas y cobayas, como: alteraciones del hígado, páncreas, sangre, riñón, aparato reproductivo, etc.
Teniendo en cuenta los planteamientos aquí expuestos, sabiendo que no está comprobada la inocuidad de estos productos y amparados en el principio de precaución es que solicitamos concurra a nuestros requerimientos. Esto es: que se retire la urgencia al proyecto de ley de obtentores vegetales para que se desarrolle un análisis detallado y serio, y que se suspenda la tramitación del proyecto de ley de vegetales genéticamente modificados, con el objeto de discutir como país y con el debido tiempo requerido las implicancias que este tipo de productos podrían generar en las futuras generaciones de chilenos y chilenas.
Esperando su respuesta, se despide atentamente de usted,

Santiago, 4 de abril de 2011

TIERRA NUEVA
CHILE SIN TRANSGÉNICOS
MODATIMA
RED DE ACCIÓN EN PLAGUICIDAS DE CHILE (RAP-AL CHILE)
ANAMURI
OLCA
CIAL
TIERRA VIVA AGRICULTORES ORGÁNICOS DE CHILE
RED SOCIO AMBIENTAL DE VALPARAÍSO

lunes, 4 de abril de 2011

10 estrategias de manipulación mediática...

por Noam Chomsky 
El lingüista Noam Chomsky elaboró la lista de las "10 Estrategias de Manipulación" a través de los medios

1. La estrategia de la distracción. El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.
La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. "Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)".
2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado "problema-reacción-solución". Se crea un problema, una "situación" prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.
3. La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.
4. La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como "dolorosa y necesaria", obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que "todo irá mejorar mañana" y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.
5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? "Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver "Armas silenciosas para guerras tranquilas")".
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos...
7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. "La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)".
8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto...
9. Reforzar la autoculpabilidad. Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto desvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el "sistema" ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.
"Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando.
Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror. Haga circular esta información".
  Rodolfo Walsh

viernes, 1 de abril de 2011